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![]() Alimentación Natural y Ejercicio son compañeros inseparables en la búsqueda de un cuerpo más delgado y más sano. Los alimentos tienen un papel fundamental en cada organismo, porque de ellos dependen la formación de nuevos tejidos, la energía que el cuerpo consume, incluso cuando duerme, y el equilibrio de las funciones fisiológicas. Una buena dieta, en la que no falten los seis componentes vitales de la alimentación, es decir, vitaminas, minerales, fibra, carbohidratos, grasas y proteínas, previene las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la obesidad y algunos tipos de cáncer. Claro que alimentarse bien tiene sus secretos. Como primera medida, hay que evitar cualquier dieta excesivamente restrictiva y limitarse a "comer sano". Se deben evitar las frituras, las salsas, la crema y los picantes. También es importante repartir los alimentos en cuatro comidas diarias principales (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y dos colaciones complementarias (a media mañana y media tarde). Se debe moderar el uso de la sal y tomar mucha agua (un litro y medio por día), elemento fundamental para el funcionamiento del organismo y la eliminación de los desechos tóxicos. El agua participa en la digestión, en la lubricación de las articulaciones, en la regulación de la temperatura corporal, y es el mejor medio de transporte de los nutrientes del cuerpo. Una nutrición sana que nos ayude a conseguir nuestro peso ideal, además de incluir alimentos variados y en la cantidad justa, se basa en un alto consumo de hidratos de carbono complejos y fibras, que se hallan en cereales integrales y derivados (arroz, trigo, pan, galletitas, palomitas de maíz o arroz, pastas), legumbres (chícharos, lentejas, garbanzos, frijoles, habas, papas, soya), frutas y hortalizas. Se debe disminuir el consumo de alimentos muy ricos en sodio, azúcares, grasas y colesterol (como las carnes rojas), los productos de sobra, como los aderezos, las conservas, los embutidos, la manteca , la crema, la yema de huevo y los quesos duros. Se recomienda el pescado, los lácteos descremados, quesos blandos, blancos y semi duros descremados. Finalmente conviene ingerir una medida de aceite vegetal prensado en frío o extra virgen de dos cucharaditas de té diarias. Por su parte, la actividad física habitual es un factor indisociable en la búsqueda de la salud y el peso ideal, además de ser el complemento imprescindible de la alimentación natural. Hacer ejercicio o deporte durante 20 minutos, dos o tres veces a la semana, nos mantendrá en forma para toda la vida.
Como contrapartida, el sedentarismo o la inactividad no sólo atentan contra nuestra figura, sino que además constituye un grave riesgo para el organismo en todo sentido: es causa probable de enfermedades coronarias o del corazón, problemas respiratorios y pulmonares, obesidad severa o mórbida, hipertensión, colesterol y falta de creatividad mental. Esto nos demuestra hasta qué punto es importante poner al cuerpo en movimiento. Además, conviene considerar que la práctica de deportes o actividades físicas siempre acarrean más beneficios que el esfuerzo que implica llevarlos a cabo. Nos resta decir que en la actualidad los términos "dieta" y "caloría" están perdiendo notoriedad a medida que se dilucidan los mecanismos de la buena forma física. Existen tres procesos bioquímicos en nuestro organismo que intervienen de manera decisiva para conseguir el peso ideal y que están circunscriptos en lo que llamamos metabolismo (proceso de asimilación y eliminación de los alimentos).
Cuando uno de estos tres mecanismos falla, la persona no adelgaza por muchas dietas que ensaye; es ahí donde se debe consultar a un médico. Sin embargo, una anormalidad en el metabolismo es, en muchos casos, una excusa más que una causa real de nuestra situación frente a la balanza que justifica vagamente una inadecuada alimentación y la falta de ejercicio físico. ![]() A través de la auto educación y la deliberada aplicación de este conocimiento, cualquiera puede conseguir resultados en la búsqueda de sus objetivos de pérdida de peso. Las estrategias de algunos regímenes abogan por evitar algún tipo de alimento, o por dar predilección a alguno. A veces se exige comprar alimentos preparados. Ninguna de estas estrategias es correcta porque, en el mejor de los casos, se dirigen a una corrección a corto plazo de un problema que viene de largo. La pérdida de peso es recuperada con mucha facilidad en las llamadas dietas "yo-yo" (el peso corporal va y viene) debido a que no se consideran todos los factores de comportamientos y bioquímicos. Además, la mayoría de las dietas que prometen resultados espectaculares carecen de un elemento muy importante: el sentido común. A continuación exponemos los 7 TIPS que deben considerarse si se desea realmente bajar de peso y comenzar a disfrutar de una vida más sana, llena de energía y vitalidad, y por supuesto, con una figura estética ideal: TIP 1. El cuerpo tiene un número dado de células para el almacenamiento de grasas (adiposas), que aumentan o disminuyen de tamaño para acomodarse a los niveles cambiantes de necesidad de almacenamiento de grasas. TIP 2. Las grasas de la dieta se almacenan con mucha facilidad en las células adiposas. Debe, por esto, emplearse una dieta pobre en grasas que reduzca los depósitos de grasas que reduzca los depósitos de grasa existentes en el cuerpo. TIP 3. Para perder peso con éxito, deberían reducirse gradualmente las grasas de la dieta hasta el nivel mínimo tolerable. Para la mayoría de la gente, este nivel se situará en torno al 20 por 100 de las calorías. Una proporción inferior hace que las comidas no sean satisfactorias, debido a su rápida liberación desde el estómago al intestino y el rápido inicio del hambre. Será necesario realizar una disminución gradual y consciente para evitar el malestar, y para asegurar un cambio con éxito, y a largo plazo, de los hábitos alimenticios. TIP 4. Dado que las grasas de la dieta son tan satisfactorias, aparecen ampliamente en los alimentos preparados. Lo ideal es una dieta de cereales, frutas y verduras cuidadosamente preparados. Las grasas de pescado y el aceite de oliva son realmente buenas para el cuerpo, y deberían idealmente componer la mayoría de las calorías grasas. Las grasas de origen animal (esto es, las que contienen las carnes y productos lácteos) son menos sanas, y deberían tomarse al mínimo. Haz esto comiendo proteína vegetal, pollo sin piel y pescado. Recuerda que la grasa de la dieta es hoy tu enemigo para la pérdida de peso, y, a largo plazo, tu enemigo para las dolencias cardíacas. Esfuérzate constantemente por mantener al mínimo las calorías grasas. Adopta estrategias de reducción de grasas como son las de evitar restaurantes que carezcan de opiniones saludables en el menú, y pide que te traigan por separado las salsas y el aliño de la ensalada. Estudiando los envases de los alimentos en el supermercado, podemos percatarnos rápidamente del contenido graso de aquellos. Todos los envases de alimentos deben dar la lista de ingredientes por orden de cantidades, de modo que los alimentos más sanos mostrarán las grasas como uno de los últimos ingredientes. Mantequilla, margarina, sebo, manteca de cerdo y aceites son todos fuentes de grasas que se encuentran en los alimentos procesados y en las recetas. Empieza a recoger recetas y libros de cocina que se concentren en alimentos pobres en grasas. TIP 5. Todos los alimentos se convertirán en grasa almacenada si se consumen en exceso de las necesidades energéticas. Las necesidades de proteínas y grasas de los seres humanos suelen ser fijas, y los hidratos de carbono complejos deberían contribuir con energía (calorías) cuando se necesite. Para reducir los cúmulos de grasa en el cuerpo, es necesario utilizar más energía de la que se consume en los alimentos, por medio de actividades y ejercicios corporales. El contenido en nutrientes de los alimentos debe ser elevado, especialmente si se consumen menos calorías. Los dulces (hidratos de carbono simples) deberían ser evitados, debido a la baja densidad de nutrientes y al alto contenido en grasas que a menudo se encuentra en ellos. TIP 6. Las dietas muy bajas en calorías y la carencia de ejercicio contribuyen a quemar tanto la masa muscular como la grasa corporal. Esta condición es malsana para el cuerpo, y el hambre, de rebote da como resultado que se recupere la grasa corporal. El cuerpo recupera la grasa más fácilmente, y con el tiempo cambia la composición del cuerpo a un mayor porcentaje de grasa. El enfoque correcto es el de aumentar gradualmente el ejercicio al tiempo que se disminuye gradualmente la ingesta de calorías (provista desde las grasas). Un cambio rápido no funcionará a largo plazo. TIP 7. Un cuerpo bien ejercitado estará bioquímicamente entrenado para utilizar más eficientemente las grasas procedentes de la dieta y de las reservas como fuentes de energía. La tendencia a almacenar grasas se reduce con el entrenamiento atlético. Si la intensidad del ejercicio es lo bastante alta, el cuerpo quemará energía durante horas después de que el ejercicio haya acabado. Este efecto incrementa el Metabolismo Basal, que es la energía que se quema en reposo. Sin el aumento del Metabolismo Basal inducido por el ejercicio, hacer una dieta para perder grasa corporal se convierte en un esfuerzo sin resultados. |
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